La conmemoración y memorialización del Holocausto han evolucionado con el paso de los años. Fuera de Israel, no fueron generalizadas ni inmediatas. A los sobrevivientes que hicieron de Estados Unidos su nuevo hogar a menudo les fue difícil explicar por lo que habían pasado. Algunos decidieron no hablar en absoluto del pasado y el silencio prevaleció durante muchos años.
El interés internacional por el tema del Holocausto creció como resultado del juicio televisado de Adolf Eichmann (1961), en el que uno de los principales arquitectos del Holocausto describió el plan nazi para asesinar a todos los judíos. A diferencia de los Juicios de Nuremberg, que se basaron en los documentos producidos por el perpetrador y los líderes nazis, el juicio de 1961 trajo el testimonio de los sobrevivientes al primer plano. La cobertura noticiosa de los juicios ayudó a iniciar un debate más público sobre el Holocausto. Es difícil determinar exactamente cuántas personas fueron masacradas por los nazis, pero los académicos coinciden en que al menos seis millones de judíos fueron asesinados por los nazis y sus colaboradores. Este genocidio se conoce como Holocausto, o la Shoah en hebreo.
Es imposible contar cuántas personas en total fueron víctimas de prácticas de exterminio racistas y nazis, pero sabemos que las víctimas incluyeron judíos, así como eslavos, personas con discapacidades, sintis y romaníes, personas de raza negra, homosexuales, testigos de Jehová y aquellos que se oponían activa o pasivamente a las ideologías nazis y de sus colaboradores. Algunas víctimas fueron utilizadas como trabajadores forzados, otras fueron utilizadas en experimentos médicos, incluyendo la esterilización forzada, y otras fueron asesinadas por inyección letal o en cámaras de gas. Los eventos y monumentos conmemorativos del Holocausto también tienen una finalidad contemporánea. El antisemitismo no comenzó con el Holocausto: existió mucho antes de que los nazis tomaran el poder.
También cabe destacar que el antisemitismo no terminó con el Holocausto, sino que continúa hasta el día de hoy. Como resultado, los monumentos conmemorativos como el que tenemos ante nosotros no sólo documentan los acontecimientos de la historia y nos incitan a recordar, sino que también nos inspiran a tomar medidas cuando presenciamos o experimentamos casos actuales de odio y prejuicio. Este monumento fue encargado por la Association of Jewish New Americans (Asociación de nuevos americanos judíos), un grupo formado por varios cientos de familias, muchas de las cuales huyeron de Europa a consecuencia de la destrucción de Hitler. En 1964 el grupo donó el monumento a la ciudad, conjuntamente con la hoy llamada Jewish Federation of Agencies of Greater Philadelphia (Federación de organismos judíos de la zona metropolitana de Filadelfia).