En 1933, tras el ascenso al poder del partido nazi, Hitler creó el Ministerio de Instrucción Pública y Propaganda del Reich (en español también se conoce como Ministerio del Reich para la Ilustración Pública y Propaganda) . Joseph Goebbels, jefe de este ministerio, escribió: “La educación nacional del pueblo alemán estará en mis manos”.
Goebbels no solo mantenía el control de toda la prensa escrita alemana (periódicos, libros, revistas) y del arte (películas, música, radio), sino que también estaba a cargo de todos los mítines nazis. Las creencias antinazis fueron censuradas de los medios de comunicación alemanes y de la sociedad alemana.
El 10 de mayo de 1933, los nazis y sus partidarios quemaron unos 25.000 libros (foto de arriba). Estos libros incluían las obras de Albert Einstein, Sigmund Freud, Jack London, Ernest Hemingway, Sinclair Lewis y Helen Keller.
Al crear una atmósfera de “nosotros” contra “ellos” en toda Alemania, los nazis comenzaron a dividir a la gente en dos grupos: superiores e inferiores. Los que eran “arios” eran identificados como “superiores”, mientras que los judíos, homosexuales, sindicalistas y gitanos eran considerados enemigos “inferiores” de la Alemania nazi. En última instancia, la propaganda fue una herramienta que los nazis utilizaron para facilitar su campaña de asesinatos en masa.